La vida religiosa debe estar siempre al lado de los pobres y abandonados, manifestó hoy en la Asamblea de Aparecida, el Rector Mayor de los Salesianos, P. Pascual Chávez Villanueva.
“Hoy, la vida consagrada debe aceptar que el único modo de ser actual es la de estar en transformación continua”, así lo ha manifestado hoy el Rector Mayor de los Salesianos, Pascual Chávez Villanueva, en su esperada intervención en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (CELAM) que se está celebrando en su etapa final en Aparecida (Brasil).
Pascual Chávez, que intervino en su calidad de Presidente de la Unión de Superiores Generales (USG), señaló que “nos sentimos en profunda sintonía” con los análisis de la situación que se han presentado en la V Conferencia y explicó que “en el mundo la vida consagrada tiene la misión específica de cultivar una fuerte experiencia de Dios y acercar a Dios al Hombre herido y abandonado al margen del camino”, aludiendo a las figuras evangélicas del Samaritano y la Samaritana, que se han tomado como iconos para la renovación de la vida consagrada.
En este sentido manifestó que, una vida religiosa samaritana, supone “asumir y hacer propia la condición social de un grupo, como lo eran los samaritanos en los tiempos de Jesús, que vive “a los márgenes” de la sociedad y de la Iglesia”, es decir, “ aceptar el rechazo del mundo y de la sociedad; comporta renunciar a los privilegios de los que como consagrados hemos gozado hasta hace pocos años, y no solamente en el ámbito social sino también eclesial”.
Además, el Rector Mayor de los Salesianos apuntó que “la vida consagrada se encuentra con el desafío y la oportunidad de renovarse cambiando el acento del funcionalismo a la autenticidad de la caridad, interior y cristiana”. Y advirtió de que la vida consagrada sería “irrelevante” si no estuviera al lado de los pobres y abandonados. Así, señaló que si la vida religiosa “quiere sobrevivir en un mundo donde hay un “eclipse de Dios” (Martin Buber), deberá encontrar a Dios en el único icono viviente de Él, el hombre (cf. Gn 1,26). Hoy como ayer el hombre es el camino de la Vida Consagrada”.
El Presidente de los Superiores Generales, con sede en Roma, concluyó formulando dos importantes peticiones: “ser más apreciados y tomados en cuenta, y ser valorados no sólo por lo que hacemos sino por lo que somos”. Palabras que motivaron congratulaciones por parte de obispos, religiosas y religiosos de la CLAR, entre otros participantes que esperaban esta intervención en la Asamblea final de la V Conferencia.
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